Cuatro pacientes impacientes esperan la llegada del coordinador de un grupo de terapia de acción y relaciones interpersonales.
Horacio Acosta hace girar una y otra vez la ronda y EL GUÍA cae en el propio torbellino de pasiones desatadas rebelándose un mórbido, arbitrario manipulador.
Buen ritmo y oportunos flashes de humor al borde del absurdo cotidiano ponen en duda la ortodoxia terapeútica.
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